Se me ocurren pocos platos más familiares, más de abuelita o que me traigan más recuerdos de la infancia, que un buen pollo con tomate.
Tampoco se me ocurren muchas más recetas que sean así de “llenadoras” y nutritivas, al mismo tiempo. Claro, que en el caso de la receta de pollo con salsa de tomate, el resultado siempre será más nutritivo si se prepara una salsa de tomates enteros, que cuando se utilizan latas de tomate en conserva, o de pasta de tomate. Para mí, eso hace una enorme diferencia, así que yo uso tomates frescos para una salsa de tomate natural, con la idea de consumir el máximo posible de vitaminas.
Yo sé que el pollo con tomate no es precisamente un clásico de los restaurantes, pero en cambio, si existiera un emblema de las comidas familiares, esta receta tendría grandes probabilidades de figurar ahí. Para mí, se trata de una receta sana, saludable, y de una gran manera de combinar carnes y vegetales. En cualquier caso, es un ícono de las recetas con tomate.
Receta de pollo con tomate
Para preparar este plato recomiendo usar muslitos o traseros de pollo. También hablo de usar caldo de pollo deshidratado por lo práctico, pero si tienes caldo casero, puedes ponerle 1/2 taza.
Con respecto a qué tomates usar, recomiendo del tipo pera o redondos.
Si te gusta el picante, puedes ponerle una guindilla roja picada por encima al momento de servir.
Bueno, vamos a cocinar.
Cómo hacer pollo con tomate
Paso a paso: cómo preparar una deliciosa receta de pollo con tomate, fácil y rápida. Esta receta de pollo en salsa de tomate se prepara a partir de tomates enteros.
- Tomates rojos maduros: 6 piezas.
- Cebollas blancas: una pieza grande.
- Ajo: dos dientes.
- Caldo de pollo deshidratado: un cubito.
- Pollo: 6 ó 7 muslos.
- Sal.
- Pimienta negra molida.
- Aceite (de sabor neutro, como canola o girasol.)
- Cilantro picado: 1/2 taza.
- Laurel: 2 hojas.
- Vino blanco o tinto: dos cucharadas soperas.
- Retirar la piel de los muslos de pollo.
- Pelar la cebolla y los dientes de ajo. Cortar la primera en cubos pequeños y los segundos en trocitos menudos, o triturarlos. Reservar.
- Ahora vamos a ver cómo hacer salsa de tomate. Hay que lavar los tomates y cortarlos en trozos. No tienen que ser uniformes o delicados. Esto será solamente para facilitar el trabajo posterior de la picadora.
- Meter los pedazos de tomate en la licuadora para obtener una pasta. Si no les gusta la salsa con semillas o restos de trocitos, pueden pasar el tomate triturado por un colador. Yo prefiero mantenerlo con textura irregular. Reservar.
- Salpimentar las piezas de pollo, cubriendo toda su superficie.
- En un sartén grande, agregar un chorro de aceite y calentar a fuego medio.
- Una vez caliente el aceite, acomodar las piezas de pollo para sellar la piel con una fritura rápida. Esto se hace en pocos minutos. Hay que revisar que cada cara de cada pieza comience a dorarse, y luego rotarlas para hacer lo mismo con todas las caras. Debemos recordar que se trata de un toque ligero: la idea es sellar la superficie del pollo, no cocerlo completamente.
- Una vez doradas las piezas, sacarlas del sartén y depositarlas sobre un plato cubierto de papel absorbente para retirar el exceso de grasa.
- No hay que apagar el aceite. Vamos a aprovechar que ha tomado un poco del gusto del pollo, y utilizarlo ahora para sofreír el ajo y la cebolla. Distribuir bien los trozos sobre la superficie del sartén. Si hace falta más aceite, agregar un chorrito adicional.
- Para sofreír, hay que bajar un poco el fuego, y dejar cocer los pedazos alrededor de unos 6 minutos o hasta que la cebolla empiece a tornarse transparente. Remover todo de vez en cuando.
- Añadir al sofrito la pasta o salsa de tomate realizada en la licuadora. Mezclar con lo que ya se encuentra en el sartén.
- Añadir las hojas de laurel y espolvorear el cubo de caldo de pollo.
- Sumar las dos cucharadas de vino y mover bien la salsa para integrar los nuevos ingredientes.
- Probar y corregir la sazón con sal y pimienta. Los que quieran una salsa menos espesa, pueden añadir un poquito de agua, siempre con cuidado de bien corregir la sazón.
- Introducir las piezas de pollo en la salsa.
- Dejar cocinar alrededor de 40 minutos. En principio, no hay que tapar la olla. Sólo recurre a esto si la salsa se torna demasiado espesa para tu gusto o si te parece que se está resecando.
- Listo. Después de los 40 minutos, tenemos nuestro pollo en salsa de tomate. Si tuvieras dudas de la cocción interna del pollo, puedes tomar un cuchillo pequeño, y con la punta, hacer un corte muy discreto en la parte más gruesa de una de las piezas de pollo, hasta el hueso. El color de fondo no debe ser rojizo o rosado.
- Una vez servido el pollo, decorar con el cilantro picado. A mí me gusta también colocar algunas guindillas sobre el plato.
Como esta receta de pollo con tomate es típica de las comidas familiares, se me ocurre que la mesa no estará completa sin un buen postre. Aquí les dejo mis recomendaciones de postres que le encantan a toda la familia:
- Nuestra lista de postres caseros, que irían perfectamente con un rico pollo en tomate.
- Nuestra lista de postres light, para cuidar del consumo de calorías de toda la familia.
- Y un rico pastel de zanahoria, con el espíritu de las recetas de la abuela y de mamá.
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