Las albóndigas de pollo con tomate son de esas recetas que me devuelven los ánimos cuando no estoy de buen humor.
Éste se trata de uno de esos platos que realmente me llenan la barriga cuando siento que he estado comiendo mucha comida de conejo (sí, ya sé que soy exagerada y digo cosas sin sentido, pero es que nada supera a una buena receta de comida casera tradicional, como ésta) y de esos que me recuerdan a mi madre.
Luego de mi momento de reflexión, vamos al grano con esta receta de albóndigas de pollo en salsa. Como de costumbre cuando cocino este plato, voy a empezar con la salsa, que como ya habrán adivinado, se trata de la parte del plato que incluye al tomate.
Ingredientes de la salsa para albóndigas de pollo
- 2 tomates rojos y grandes, bien maduros. También puedes usar 3 medianos.
- Una cebolla blanca, mediana.
- Una cucharada sopera de aceite (de preferencia de un sabor neutro como la canola o el girasol, que no cambie el gusto de la salsa).
- Taza y media de vino blanco.
- 2 cucharadas de harina de maíz.
- Media taza de caldo de pollo.
- Un pimiento rojo, pequeño.
- Pimienta negra en polvo.
- Ajo en polvo.
Preparación de la salsa para albóndigas de pollo
- Lava los tomates y el pimiento. Abre las frutas para retirar las semillas, y las partes blancas internas, en caso del pimiento. Puedes retirar la piel según tu preferencia de textura para la salsa. Si la quitas, tendrás una salsa más homogénea, pero si la dejas tendrás mayor contenido de fibra en tu receta. Yo prefiero dejarla.
- Lleva los tomates y el pimiento a la licuadora. Añade agua, pero solamente la cantidad necesaria para cubrir las verduras. La idea es facilitar el trabajo de la máquina. Licúa al máximo y reserva.
- Pela la cebolla y pica en cuadros pequeños. Calienta un sartén y vierte la cucharada de aceite. Agrega la cebolla picada y cocina a fuego medio para evitar que se queme, removiendo si es necesario, hasta que se vaya tornando transparente. Esta técnica se llama pochado. Es importante poner mucha atención en el color de la cebolla. Lo normal es que se dore al mismo tiempo que se vuelve un poco traslúcida, pero que no se manche de marrón y menos de negro. Eso cambiaría el sabor de la base de la salsa.
- Vierte el licuado de tomate y pimiento sobre las cebollas. Mezcla y deja cocinar un breve momento, mientras realizas el paso siguiente.
- Utiliza media taza de agua caliente para mezclar la harina de maíz. Agrega el polvo, revolviendo hasta que se disuelva completamente, y asegúrate de que no queden grumos. Sólo una vez que la pasta esté homogénea puedes integrarla al sartén con los demás ingredientes.
- Vierte el caldo de pollo y el vino. Remueve para mezclar. Deja cocinar por 10 minutos a fuego mediano – bajo.
- Una vez pasado el tiempo de cocción de la salsa, agrega un toque de pimienta, de sal y de ajo en polvo. Prueba y corrige la sazón, si te parece que falta añadir más de estos mismos ingredientes.
- Remueve para asegurar que las especias se mezclen bien. Apaga y reserva la salsa tapada, para evitar que se deshidrate.
Ingredientes para las albóndigas de pollo
- 600 gramos de carne molida de pollo.
- Taza y media de pan rallado o 2 tazas de miga de pan.
- Un huevo grande.
- Una taza de leche líquida.
- 2 dientes de ajo (grandes) triturados.
- 2 cucharadas de tomillo o perejil fresco, bien picado.
- Pimienta negra en polvo.
- Aceite para freír (de sabor neutro, como el de canola o el de girasol).
- Harina de trigo para rebozar.
Preparación de las albóndigas
- Mezcla la miga de pan o el pan rallado con la leche. Asegúrate de que todo el pan quede bien empapado.
- En un recipiente lo suficientemente grande, vierte la carne de pollo molida. Agrega una pizca de comino, pimienta negra en polvo, sal, el perejil o tomillo fresco, el ajo triturado, el huevo y el pan mojado en leche. Mezcla todos los ingredientes con las manos hasta que logres una pasta homogénea y firme.
- Vierte una cantidad considerable de aceite en un sartén, tomando en cuenta que debe alcanzar para freír bien todas tus albóndigas.
- Mientras se calienta el aceite, esparce un poco de harina de trigo sobre un plato.
- Con la pasta que ya mezclaste, forma bolas pequeñas. Pasa cada una sobre la harina, moviendo para que queden totalmente cubiertas de una ligera capa de polvo.
- Incorpora cada bola en el aceite caliente, a fuego medio. Conforme se vayan dorando, mueve para que queden uniformemente fritas por toda la superficie.
- Prepara un plato o bandeja cubierto de papel absorbente. Coloca las albóndigas después de sacarlas del aceite, para que el papel absorba el exceso de grasa.
- Una vez que la grasa haya pasado al papel, llévate las albóndigas a la cacerola de salsa. Vuelve a prender a fuego medio, y cocina todo durante 15 minutos, sin que se te olvide tapar la preparación. Después de eso, sirve y sé feliz.
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Para una versión más fresca de las albóndigas de pollo, prueba las albóndigas de pollo al curry.
¿Y de acompañante? Pues te recomiendo un puré de patatas o alguna de estas ensalada de espinacas.
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